En octubre de este año se reporto un brote de casos invasivos de estreptococos del grupo B relacionados con el manejo de peces de agua dulce. No es el primer reporte en 2015 también hubo un reporte parecido.
El estreptococo del grupo B, también conocido como Streptococcus agalactiae o EGB es un importante patógeno animal responsable de la mastitis bovina y la matanza masiva de peces.
Aunque el EGB es miembro de la flora gastrointestinal y genitourinaria comensiva humana, su importancia médica radica en que causa sepsis en recién nacidos, madres en periparto y adultos mayores con comorbilidades, por lo que recientemente la ONU ha menciona que es una necesidad urgente desarrollar una vacuna para prevenir dicha enfermedad humana.
Antes del brote de EGB de 2015 en Singapur, el EGB no era considerado un patógeno transmitido por los alimentos. Como resultado de ese brote se hizo un estudió este año que se publicó en la revista Food Control y su objetivo fue verificar que la cepa GBS ST283 de EGB se transmitía a través del consumo de pescado contaminado.
El artículo comenta que el consumo de pescado puede estar asociado con la colonización del EGB en humanos y la colonización gastrointestinal es un factor predisponente que puede conducir a infecciones del torrente sanguíneo en recién nacidos.
Uno de los datos importantes que establecen es la transmisión por los alimentos de GBS ST283 fue el aislamiento de cepas con genomas idénticos de muestras de peces (alimentos) y pacientes infectados.
Hasta antes de este estudio, solo hubo unos pocos informes sobre la detección y caracterización de EGB en tipos de alimentos no pesqueros, específicamente leche cruda, pasteles y mariscos preparados.
Ahora hablando de desinfección de los alimentos hay que tener en cuenta el pH del medio acuoso que genera el alimento, un ejemplo muy claro esto es el pescado sin embargo otros alimentos cambian el pH de su medio en una desinfección acuosa.
En un estudio publicado en la revista Journal of Hygiene and Environmental Health en el 2018 reporta que a diferencia del cloro, el dióxido de cloro mostró una mayor eficacia con el aumento del pH.
En las guías para la calidad del agua de consumo humano – WHO, reportan en una tabla de desinfección donde comparan varios desinfectantes; para generar una reducción 99% en 1 minuto de contacto a pH 7 a 8.5 se necesitan:
3.3 ppm de cloro mientras qué de dióxido de cloro se requieren solo 0.19 ppm.
Por tanto es importante tener en cuenta cuáles son los riesgos microbiológicos de los productos que se maneja en cada industria alimentaria y evaluar qué desinfectante realmente será eficaz para el procesamiento del alimento o producto en cuestión.
Referencias.
Man Ling Chau, Swaine L. Chen, Min Yap, Kyaw Thu Aung, Sri Harminda Pahm Hartantyo, Ahmad Zhafir Ariff, Sreenivasulu Kilari, Grisez Luc, Wei Ling Tan, Brian Z.Y. Tan, Wai Kwan Wong, Ramona Alikiiteaga Gutiérrez, Lee Ching Ng, Timothy Barkham, Group B Streptococcus in retail food– beyond ST283 and raw fish,
Food Control, Volume 133, Part B, 2021
Andreas Grunert, Anne Frohnert, Hans-Christoph Selinka, Regine Szewzyk,
A new approach to testing the efficacy of drinking water disinfectants, International Journal of Hygiene and Environmental Health, Volume 221, Issue 8, 2018, Pages 1124-1132,
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